lunes, 20 de marzo de 2017

47 Tuc X9












Fue la fatalidad la que hizo que yo me encontrara en esa órbita maldita de tu mirada.
La atracción me nubló la vista y acelerada solo pude buscarte, imantada
a tu alma negra como tu corazón.

Con el tiempo he sido consciente de este tirón tan fuerte: todo me ha llevado a ti.
Mis pocos años, entonces, luego mis inseguridades, siempre atada a ti
como una maldición. Si ya eres mi centro, ¿nunca podré escapar?, ¿no volveré mi cabeza y observaré más allá de tu oscuro rostro llevándome a la destrucción?

Pienso que algo falla en los dos: tú fuerte y yo arrastrada, tú potente, yo vencida.
¿Qué vida tendríamos el uno sin el otro? ¿Haremos de la necesidad virtud?
Luchar contra esto es perder. Acepto mi destino, ¿o es el tuyo el que estoy viviendo?
Si al menos me acordara de quién era antes de haberme quedado prendada, enredada en este torbellino diabólico que me traga, que me hace nada. 

La resignación y las lágrimas. Soy cobarde. No puedo. No quiero dejar de bailar esta danza macabra de centro y su circunferencia. No soy ya tan especial pensarás si lo comparas con la eternidad. 


Inevitablemente nos encontraremos. 
Y en esta lucha cuerpo a cuerpo
éxtasis, miedo, dolor, recuerdo.
Frénetica carrera, inútil tarea...


Siempre estuvimos muertos.





Un equipo de astrónomos ha descubierto una estrella [47 Tuc X9] que gira cada media hora alrededor de un agujero negro.